La huída de Pan
El triunfo del alegre dios bicorne
Se hizo polvo de oro. Se esfumaron
Las frescas ninfas de las selvas, amplias
Empapadas en luz de primavera.
Las sirenas meliferas se hundieron
En el azul de los inmensos mares,
Y sus cantos de plata con la brisa
Murieron bajo el nácar de sus velas.
Entre el ramaje espeso no se oye
Trinar la flauta del barbudo sátiro
Que destilaba baba por la lengua…
Y los centauros fuertes y divinos
En su huída triunfal prenden relámpagos
En los cascos de oro de las piedras…
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