Arcano
La luna tenue claridad desgrana…
Duerme el asilo en paz. Sólo a mí oído
llega, en alas del viento embravecido,
el apagado rezo de una hermana.
De pronto, afuera, al pie de mi ventana,
óyese el eco de un fugaz gemido:
alguien dice que voz del viento ha sido,
y se me antoja a mí, que es voz humana.
Junto al balcón, alerta escucho. Llueve…
Entre la bruma una lejana estrella
medrosa oculta su fulgor; la nieve
deja en la senda su plateada huella..
¿Quién en tal noche a transitar se atreve?
¡Acaso un peregrino! ¡Acaso “ella”!…