Canción afónica
“Mambrú se fue a la guerra
¡qué dolor! ¡qué dolor! ¡qué pena!
Dicen algunos que no hay poesía
en orear las llagas del pueblo;
ni mucho menos en el caso de la hija de Pedro
que a los quince años se volvió de esquina
viendo a su amarillo hermano, amarillento.
Ni en lo de la vieja Petra, llorosa,
con diez mil dólares por su único Mambrú,
que se fue a la guerra
y que ya nunca vendrá.
¡Qué dolor! ¡qué dolor! ¡qué pena!
Dígame el que se atreva que no hay poesía
en “La Playita” cuando el hombre dice:
“el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”
y en Santa Elena responde: “perdona nuestra deudas”
y si no es todo un tierno poema de amor
triturar el corazón a los yankees.
Por este poético pueblo, sólo por eso,
Estuve ante mi escritorio pensando un poema,
Y se me escapó la rabia.