A mi hermana
¿Te acuerdas, hermana mía,
De aquellos dulces momentos
Que pasáramos contentos
En nuestra niñez,
Cuando éramos el recreo
De nuestros padres amados,
Recibiendo embelesados
Sus caricias á la vez?
Fugaces, sí, ya pasaron
para mi dias tan bellos,
Cual pasaron los destellos
Del sol que nos alumbró.
¡Qué en este mundo falaz
De nuestra pobre existencia
Dispone la Providencia
Y ella así lo decretó!
Apenas hube gozado
Las delicias eternales
Que disfrutan los mortales
En nuestra patria sin par,
Me arrancó el fatal destino
De su hermoso y fértil suelo,
Al que se propuso el cielo
De sus favores colmar.
En el aciago momento
Que de tí me separaron,
De tus ojos destilaron
Lágrimas que triste ví.
Orgullo, hermana querida,
Al verte llorara sintiera:
Pues en ese llanto viera
Que me amabas cual yo á tí
Yo ví del profundo Occéano
Los espejos cristalinos
Que se tornan purpurinos
Rielando en ellos el sol;
Atravesé sus corriente
Admirando aquel encanto
Que mitigára mi llanto,
Y pisé el suelo español.
Y ví su clima tan bello,
Sus ciudades populosas
Celebrando bulliciosas
El fin de una guerra cruel;
Y llegué á la gran Barcino
Que esperaba la venida
De su Reina tan querida,
De la inocente Isabel.
Mas á pesar del contento
Que en la ciudad se notaba,
Su amarga pena aumentaba
Mi llagado corazon:
Porque al verme solitario
En medio de estraña gente,
Solo ocupaba mi mente
Nuestra cruel separacion.
Yo te envidio, hermana mia,
Esa vida lisonjera
que tu asas placentera
En el seno maternal;
Esos continuos halagos
Que prodigas cariñosa
A nuestra madre amorosa
Con tu genio angelical
Que el Señor te hizo tan bella,
Tan apasionada y pura,
Que se admiró de su hechura
Y te bendijo al nacer;
Y permitió bondadosos
Que á nuestros padres unida
pasará la alegre vivida
En el colmo del placer.
Tu ostentas tu gracia suma
Entre mil lindas Porteñas
Que contemplan halagueñas
Tu vivir dulce y feliz;
Y yo estoy solo en un mundo
Para mí desconocido,
Que responde á mi gemido
Con sarcástico sonris.
¡Con cuantas ansias deseo
Que llegue el risueño dia
En que de la patria mia
Pueda el aura respirar,
Recordando venturoso
Aquellos dulces momentos
Que pasáramos contentos
Allá en el paterno hogar!....
Mientras ese instante llega,
El mas grato de mi vida,
Recibe, hermana querida,
Un recuerdo de mi amor;
Y sigue con los halagos
Que prodigas cariñosa
A nuestra madre amorosa
Con tu inocencia y candor.