Yo venía a decirte que estoy confundido
Yo venía a decirte que estoy confundido.
Varado en esta zona amarga donde todo confluye
en miríadas de migratorias aves.
Aquí paran las arduas palabras de los hombres.
Aquí vegeto y medro al dorso de las cosas,
al otro lado de la luz.
Yo venía a decirte que no sé,
que cada vez aprendo a saber menos.
Pero esta oscuridad no tiene puntos cardinales.
¿Y adónde encaminarme sin fuerza,
sin inercia, sin ímpetu,
centrífugo y lastrado?
¿A dónde dirigirme que no tope
el canto cínico del pavo
o el crudo croar de la falacia?
Yo venía a decirte tantas cosas.
Mas bien venía a advertirte
del peligro que corres en esta relación.
Yo apesto a soledad.
Yago en blancas cuartillas
que sobrevuelan buitres numerosos.
Yo soy un animal en celo,
un animal desengañado.
Di,
¿qué te puedo ofrecer
sino este infierno muelle que comparto
con dos o tres criaturas ciegas y tenaces?
¿Qué vienes a beber en este
pedregal exánime?
Aléjate, huye de estas letras
peligrosas que destilo.
Sigue firme en la fe de tus dioses,
pues alguien tiene que cambiar el día.
Espera el paraíso.
Canta. Cree.
Mientras yo ordeno
toda esta oscuridad.