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The Puerto Rican Literature Project The Puerto Rican Literature Project

English translation coming soon.

Flor de carne

Enrique Zorrilla

1922

Enmudezca el trovador

si, olvidando sus deberes,

no te canta a ti que eres

flor de carne o carne en flor.

 

A ti que por tus primores

y tus galas prodigiosas,

eres reina de las rosas,

reina de todas las flores.

 

Que tu cuerpo seductor

muestra con garbo gentil

la galanura de abril

y de mayo el esplendor

 

Tú, si alegre y placentera

posas al pie sonrosado

en el vergel agostado,

enciendes la primavera;

 

Pues la tierra, estremecida

por tu contacto vital,

en floración virginal

abre su seno a la vida.

 

Flor de carne o carne en flor,

por tu belleza ideal

eres la rosa triunfal

en toda fiesta de amor.

 

No puede mi pensamiento

compararte con las flores,

cuyas galas y colores

están a merced del viento,

 

Porque tu carne de flor

es Forma por Dios ungida

con el óleo de la vida

para encerrar el amor.

 

Y el amor en ti fulgura,

reina de todas las flores,

con eternos resplandores

de ilusión y de ventura.

 

En la vida universal

eres honda vibración

germen de toda pasión

meta de todo ideal.

 

Poema de un solo verso,

son tus sílabas canoras

palpitaciones sonoras

del alma del Universo.

 

Que eres la rosa más bella

porque en tu Forma sagrada

encarnó Dios su mirada

en un titilar de estrella…

 

Mis trovas, como caricias

de una mano enamorada,

de tu Forma consagrada

van cantando las primicias.

 

Que tu seno de paloma,

un volcán abrasador

en que el fuego del amor

por dos cráteres asoma,

 

Es onda de armiño inquieta

perfumada de azahar,

hecha para descansar

la cabeza del poeta.

 

Tiene tu voz el soñero

són del aura en la espesura,

y tu cutis la frescura

del rocío mañanero.

 

De tu palabra discreta

y tu candor virginal

mana el aliento ideal

de la tímida violeta.

 

Brinda aroma de jazmín

y grato sabor de miel

el deslumbrante joyel

de tu boca de carmín.

 

Y tus labios primorosos

parecen, cuando sonríes,

dos claveles carmesíes

de ser tuyos, orgullosos.

 

Si miras, matas de amor

si sonríes, embelesas,

si besas, mujer, si besas….

¡nace del beso una flor!

 

Oh flor de carne lozana,

oh lozana carne en flor:

en ti fulgura el amor

como una visión pagana.

 

Por ti del hondo quebranto

vence el hombre la acechanza:

que eres iris de esperanza

aún en la gota de llanto.

 

Por ti se adora el deber

y se alcanza la victoria:

que hasta la patria y la gloria

tienen el nombre de mujer.

 

Por ti la frente serena

alza el guerrero en la lid:

que no hubiera habido un Cid

a no haber una Jimena.

 

Por ti, inspirado, el cincel

fija en el mármol la idea:

que Venus es la presea

ambicionada por él. 

 

Por ti, tendido el amante

bajo la verde enramada,

deja vagar la mirada,

ansiosa, soñera, errante….

 

Por ti suenan, como arras

conquistadas por tus fueros, 

el chocar de los aceros

y el plañir de las guitarras.

 

Por ti que su ser animas

con gracias de sortilegio,

anhela el poeta egregio

ser inmortal en sus rimas:

 

Pues de tu amor al aliento,

del sacro vate en la mente

en carmen de luz ardiente

cristaliza el pensamiento.

 

Por eso afirmo, mujer,

que la luz que te ilumina

es la mirada divina

puesta por Dios en tu ser.

 

Por eso, al ser tu cantor,

ansío, por arras, flores,

y por lauros triunfadores

las preseas de tu amor….

 

Pues tú, mientras brille ardiente

el sol en el firmamento

y en tanto que el pensamiento

vibre radioso en la mente:

 

¡Flor de carne y carne en flor

por tu hermosura triunfal

serás la Flora Natural

en toda fiesta de amor!

 

(1922)

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