La cruz de oro
Más que oprimida, engastada
entre tu boca y mi boca,
escuchó tu cruz de oro
tus juramentos de novia
mientras el amor ponía
en tu faz de Dolorosa,
como desmayos de lirios
en fulguración de rosas,
angustias de rendimiento
y embriagueces de victoria…
Amor que fuiste jurado
con entusiasmos de novia
por aquella cruz de oro
que se hizo pagana joya
al recibir en sus brazos
el choque de nuestras bocas:
¿quién me oculta tus fulgores,
quién tus caricias me roba;
quién apaga las esencias
que te dieron vida ustoria?
¿es Cristo, que te castiga
o es Judas, que te traiciona?...
¡Ay de ti, chiquilla amada,
si no enterraste muy honda
la emoción que florecía
en tu faz de Dolorosa
al beso de nuestros ojos
y al choque de nuestras bocas:
que el amor crucificado
por tus perjurios de novia,
sobre aquella cruz de oro
tendrá un sábado de gloria….!
(1922)