Somos almas gemelas
Mujer, yo sé que has vivido
el Dolor… Y sé que ha sido
tu existencia muy ingrata…,
Pero no temas, mi cielo,
pues para calmar tu duelo
están mis versos de plata.
Las sombras que ayer pasaron
por tus cumbres, te dejaron
un amargor en el alma.
Pero no llores, mi cielo;
para tu negro desvelo
tengo un rayito de calma.
Dios o el Destino.. Quién sea!
(Oh, mi dulce Citerea!)
te colocó en mi camino.
Así iremos juntos, Lola,
cantando en la misma ola
versos a Dios o al Destino.
Mis nostalgias, mis angustias,
notas dolientes y mustias
hace verter a mi lira…
Ahora más apasionado
se alzará mi verso alado
Que siempre dolor respira.
Quiero ser a tu jornada
punto final, ¡Oh, mi amada!
Quiero ser el astro visto
por tus ojos a lo lejos
y que en ti hagan sus reflejos
lo que en Magdala hizo Cristo.
Quiero ofrendarte mi vida
y con mi sangre tu herida
enorme, quede sellada….
Quiero desflorar mis rosas
de juventud vaporosas,
y que llenen tu mirada
de resplandores divinos,
de oleajes cristalinos
o de quietudes celestes…
Así serenar tus penas
y tu alma blanca y buena
cambie lo gris de sus vestes.
Eres de mi alma, gemela.
Tu luz en mis lagos riela,
en mis lagos interiores….
Y en nuestros divinos campos
de ensueños los mismos lampos
besan a las mismas flores…
Dios o el Destino… quien sea!
cuajó la brillante idea
de mostrarnos un camino
Igual a tu alma y a la mía
¡Qué inspirado en ese día
estuvo Dios o el Destino…!
Ven, recorramos la senda…
La tarde como una ofrenda
a nuestro amor canta y ríe…
Ven, y cantemos unidos
los dulces versos sentidos
que mi corazón deslíe…
Toma en un beso mi alma…
El te habla de la palma
triunfal de este amor intenso….
El te dirá cómo ha sido
que antes de verte, ha vivido
mi corazón indefenso…!