El alma de Puerto Rico
Caminaba cierto día
por un camino entre flores
y al contemplar sus clores
se inspiraba el alma mía.
Qué panorama, decía
contemplo en mi pueblo chico
antes de cerrar el pico
por las frases pronunciadas
en mi mente se albergaba
El alma de Puerto Rico.
Dejando atrás el vergel
yo seguí por la montaña
y escuché en una cabaña
el cantar de una mujer
se deleitaba en coser
en paño azul, cinco pico.
Le pregunté con ahínco
lo que ella estaba bordando
y me contestó cantando
El alma de Puerto Rico.
Escúcheme caballero
ya que usted pregunta tanto
por este histórico manto
murió Manolo el Leñero
Padillas aquel guerrero
Del valor, más inaudito
Que por el traidor maldito
no cristalizó la historia
de ver cubierta de gloria
El alma de Puerto Rico.
Casta y pura aquella niña
Hija quizás de Minerva
Castigo de la Caterva
Que inmola nuestra campiña.
No quiero que se destiña
Sus colores favoritos
Si guarda en su pecho el grito
De los nuestros del ayer
Valiente y linda mujer
El alma de Puerto Rico.