Revolt
El grito
Yo, por mi parte, trato de ignorarlo,
pero no puedo estrangular el grito
que se estrella entre mis manos, me hace cerrar los ojos
y mirar a ese pasado insólito
que me envuelve amortajante,
saturándome de humillación, sangre y llanto.
Mi gente se muere de hambre,
de contaminación, de asco.
Mi pueblo no tiene campos,
sino tumbas y barrancos.
Las playas se ensucian de blancos,
de explotadores,
y los adoquines revientan de autos.
Los negros y los mulatos
se acurrucan a los pies del Morro
como una burla, una osadía, un reto
a los colonos que olvidan su pasado histórico.
Yo, por mi parte, no puedo ignorarlo.
Una bandera sobre la isla basta.
Una sola bandera . . .
La de Puerto Rico.