Skip to main content

The Puerto Rican Literature Project The Puerto Rican Literature Project

English translation coming soon.

Visión Futura

Armando Esteva

1920

Tercer Premio en el certamen Internacional de “América.”

 

     ¡Pobre, menguada humanidad presente

que del amor, que es faro de la vida, 

pareces olvidarte é indiferente

miras el bien, mientras el mal se anida

en tu seno profundo

y el vicio impera en la extensión del mundo.

 

     ¡Oh, pobre humanidad!   Tu frente, al peso

de la carga fatal de tus errores, 

verás como se inclina, y el progreso, 

en tanto lucirá nuevos albores. 

 

     Tras esta noche de ambición y olvido

un día llegará, ¡grandioso día!

en que caerá como de un rayo herido

el secular imperio

de la temible, odiosa tiranía, 

y de las sombras rasgará el misterio

la luz del nuevo sol que habrá surgido

del humano progreso en la alta vía!

 

     Todo tu orgullo y todas tus preseas

no han de apagar el resplandor brillante

de las nuevas ideas. 

 

     El progreso, triunfante, 

con más impulso cada vez avanza, 

y al traspasar los mares y los montes

es rayo de esperanza

que abre á su paso nuevos horizontes!

 

     Todo mal en la vida

toca á su fin; el bien únicamente, 

que es de los seres eternal egida, 

vive perpetuamente!

 

     Así veremos la ambición humana, 

fuente de todo mal, caer mañana, 

barrida por los vientos bienhechores

de nuevas tempestades

que agitarán los pueblos opresores!



     Las nacientes edades, 

se bañarán en las corrientes puras

del Jordán del amor y la harmonía, 

y un vivo sol de paz y de venturas

prodigará sus besos de alegría

á las razas futuras!

 

     No podrán las naciones

expansionar sus locas ambiciones

ni hacer ostentación de fuerza y brío, 

que ya la ronca voz de los cañones

no atronará el vacío.

 

     El golpe del martillo, en la faena

sobre el yunque será quien sustituya

el ruido del cañón que el aire atruena.

 

     Máquina que destruya 

la vida de los seres no habrá entonces;

á su fin tocará la absurda guerra, 

y espadas áureas y vibrantes bronces

objeto no tendrán sobre la tierra. 

 

     La ley cumpliendo del trabajo honrado, 

los seres todos, en común ligamen, 

del Dios de lo creado

respetarán el bienhechor dictamen.

 

     Con el sudor honrado de su frente

cada ser ganará su pan; su fruto

la madre tierra con amor creciente

dará al que rinda su mejor tributo

á la ley del trabajo, reverente!

 

     La fuerza evolutiva 

del progreso moderno

su afán de nueva orientación activa, 

y, como el sol de las brumas en invierno

rasga, y más bello su esplendor levanta, 

mientras al beso de su lumbre de oro, 

el aura gime, la avecilla canta, 

y es más gallardo el matutino coro, 

las brumas rasgará la luz potente

del progreso bendito, 

y el hosanna triunfal de nueva gente

los lindes llenará del infinito!



     Sólo miseria y duelo

y tristezas do quier dejó la espada

en el mundano suelo

por la ambición sin límite impulsada.

 

     Mañana, el hombre que á la luz despierte

sólo el trabajo estimará. La guerra, 

—ese sombrío engendro de la muerte—

no ha de ser el amparo de la más fuerte;

la paz será en la tierra, 

y el amor, la igualdad y la armonía

serán también…aunque en lejano día.

 

     El alma humana por la lucha herida, 

de verdad anhelante y de ventura

el dolo al ver de la presente vida

es preciso que piense en la futura.

 

     No hablemos ya de la pasada gloria

á los jóvenes pueblos del presente,

que de los heroísmos que la historia

nos recuerda elocuente, 

nunca serán intérpretes gloriosos

esos pueblos de hoy….esos colosos….

 

     El heroísmo de la vieja Roma

que venciera á Cartago ya no existe;

un imperio tras otro se desploma:

¡Sólo la ley de evolución persiste!

 

     ¿Quién ya el valor imita del ibero

al realizar proezas, las mayores

quizás del mundo entero?

 

     ¿Quién sustituye á aquellos luchadores, 

que de épocas remotas

en los sangrientos días, 

al golpe de sus lanzas vieron rotas

las cadenas de odiosas tiranías?....

 

     ¿En dónde están los ínclitos laureles

de la gloria de hoy….¿quién los esconde?

—“Todos son para mí”—la voz responde

del interés, oculta en sus cuarteles.

 

     Tal es la ley de evolución eterna:

en la rodante esfera de la vida, 

todo brilla y alterna

sin que se oculte á la fatal caída. 

 

     ¡Sólo la santa, bienhechora idea

de amor y de justicia, 

no languidece: en marcha gigantea, 

la maldad despreciando y la codicia

de un futuro mejor finge á lo lejos, 

á través del cristal de la esperanza, 

radiaciones de espléndida bonanza

y de la paz los vividos reflejos!

 

     Rebosante de anhelos infinito,

su fe oponiendo á innecesarios ritos, 

en vuelo sorprendente, 

recorrerá los pueblos, las naciones, 

los templos, las ciudades

del antiguo y del nuevo continente, 

á otras generaciones

mostrando las futuras claridades!

 

     Tal será en lo futuro

la vida de los seres. ¡Dulce vida, 

que en mis locuras de poeta, auguro

de inmarcesibles lauros florecida!

 

     ¿Serán estos empeños

desequilibrios de la mente mía?

¿Será que mi alocada fantasía 

en la hoguera se abrasa de los sueños?

¿Será que el raudo pensamiento mío, 

al remontarse airado, 

á impulsos de quimérico albedrío

delira, como un loco que, exaltado, 

todo lo vé caótico y sombrío?

 

     No lo sé! Pero en medio al desaliento

en que mi joven corazón se anega, 

tiendo la vista al porvenir y siento

secreta voz que hasta mi alma llega, 

y me habla de un mundo imaginario

donde el amor impere magestuoso;

¡de un mundo igualitario, 

como el soñado por aquel glorioso

varón crucificado en el Calvario!

 

     Mundo de amor y paz; que en él conviva

la humanidad en fraternal arrullo;

sin ese odio que altanero priva, 

sin ese vano orgullo

que en la vida separa

con estoica frialdad á los humanos, 

sin comprender en su actitud ignara

que todos somos en el orbe hermanos!

 

     Vida del porvenir, vida futura:

cuando mi hermoso sueño se convierta

en dulce realidad, en fiel ventura, 

¡esta generación ya estará muerta!

 

     Otros seres serán los que la herencia

recojan del amor que predicamos

los que hoy el alma sin calor llevamos

por el pálido erial de la existencia. 

 

     Quizá en el fondo de la tumba fría

de nuestra huesa animará los restos

del himno de alegría

con que otros seres, plácidos, enhiestos, 

sereno el corazón, tranquila el alma, 

sin odios pasionales ni rencores, 

celebren con placer la dulce calma

de una vida feliz, llena de amores.

 

     En tanto, aplaca, humanidad, tus iras;

patria del hombre el Universo sea;

que proclamen la paz, todas las liras;

que al servicio del bien, siempre la idea

de amor y caridad se muestre en pleno, 

recordando el esfuerzo temerario

de aquel que por labrar el bien ajeno

sufrió los sacrificios del Calvario!

Rights: Public domain