Amigo
¿Por qué te has ido amigo,
que llenabas mis silencios?
La traición nos envolvió
y perdimos el rastro
de las huellas en la arena.
Y no lo niego: me haces falta;
el eco es falso,
la ruta extraña,
las pupilas de otro color.
Tan sólo tu partida es cierta,
lo demás es cotidiano,
hueco y sin calor.
Pero turbio y con furia te espero.
Sereno y contrito te aguardo.
Con otro perfil,
con otras manos,
con un acento extraño
en tu canto.
Quédate entonces, amigo.
Ama la habitación
Y la minucia que te ofrezca.