El imperio de los sueños
En el último piso del Empire State se ha parado un pastor a cantar y a bailar. Qué cosa más grande. Que la ciudad de Nueva York haya sido invadida por tantos pastores. Que ya no se trabaja y que sólo se canta y se baila. Y que los periódicos, el New York Times, en titulares, y el Daily News griten: Nueva York. Nueva York. Nueva York. Escúchenlo. Óiganlo en la radio. Y en la televisión. Escuchen el altoparlante. Escúchenlo. Ya han muerto los fantoches. Y el soldadito de plomo. Los pastores han invadido a Nueva York. Han conquistado a Nueva York. Han colonizado a Nueva York. El especial del día en el restaurante más caro de Nueva York es bellota de oro. Es huevo. Es manzana. Es pájaro. Pescado. Melodía. Poesía. Y epigrama. Ya sólo se canta. Ya sólo se baila. Ya sólo se hace lo que nos da la real gana. Lo que nos da la real gana. Lo que nos da la realísma gana.
Amo los hipos y amo los estornudos y amo los pestañeos y amo los eructos y amo a los glotones. Amo los pelos. Amo a los osos. Para mí, lo redondo. Para mí, el mundo. Redonda es la cara feliz. Y redondo es el mediodía. Y cuando más bonita está la luna es cuando está redonda. El sexo es redondo. Y el corazón tanmbién. La mano es redonda. La boca también. Los estornudos son redondos. Y también los hipos. También la leche del seno de Lady Macbeth era redonda. Me hubiera gustado ser ella y ser mala. Soy buena. Soy Baco. Soy Sexo. Y soy Hipo. Y soy Estornudo. Y soy Tos. Ronca. Ronca. Ronca. Soy trueno. Soy voz. Soy Obscena. Obscena. Obscena. Soy pura como la teta o la leche. Soy agua, mar o pez o renacuajo. Soy redonda.
Huevos son los meses y también los días. El día más redondo es un huevo. La punta de tu nariz parece huevo. Y huevo es la boca. La lengua tiene muchos huevos. Y huevos tienen las manzanas. Y también las semillas. Y huevos son las raíces. El mar es otro huevo. El cielo. El cachorro. Y la madrastra es un huevo. El pollo frito es huevo. Y huevo es el fuego. Y lo que está podrido es huevo. La peste apesta a huevo. Y a huevo sabe la vida. Un niño es un huevo, es un pollo frito. Su madre es la gallina. Y su padrastro el gallo. Gallo y gallina es el huevo de avestruz. Gallo es el cuervo. Y la cresta es otro gallo. El caracol esconde su cabeza en la cáscara del huevo. Yo necesito una casa que se parezca a la cresta del gallo. Yo necesito una caperuza y un caparazón y un cuartucho y una choza y un cascarón donde encubar todos los huevos del mundo. El mundo es huevo frito. Y también huevo podrido. Y es yema. Y es orina. Y es mundo porque huele y vive dentro del huevo y sabe a huevo el día y hasta la estrella tiene algo de huevo. Y huevo soy y seré y huevo somos y seremos. Huevos fritos. O huevos podridos. Huevos pasados por agua. O huevos en revoltillo. O huevos hervidos. O huevos redondos. Huevos. Huevos. Huevos.