Culto pagano
Bajo un verde naranjo florecido
Nuestra tienda de amores levantamos
Y en copas de delirios escanciamos
El vino del placer y del olvido.
Fue nuestro éxtasis de afrodicias lleno
Y tu rostro cubierto de sonrojos,
Al sentir la caricia de mis ojos,
Tembló de gozo y se mustió en tu seno.
Nuestra unión por los dioses bendecida
Izó al viento sus mágicas banderas
Proclamando los triunfos de la vida,
Y no hubiese la tienda levantado
A no ver que el capuz de tus ojeras
Ensombraba tu párpado de seda.