Romeo y Julieta
La tarde es triste, pensativa y triste,
como un adios al moribundo día;
con un gran velo de melancolía
la tarde viuda al padecer se viste.
El día, que a la muerte se resiste,
ya resurge entre cantos de alegría,
y en medio a la sagrada poesía
el manto de la aurora le reviste.
¡Oh, Romeo y Julieta, el fuego arde
en vuestros corazones y Dios ora;
hace de amor el Universo alarde
Y ve el poeta que lo excelso adora,
Un beso de Romeo en cada aurora,
Y un adios de Julieta en cada tarde!
Atiles García, Guillermo. "Romeo y Julieta." Antología completa de poetas portorriqueños: Los contemporáneos, edited by Carlos N. Carreras, vol. 2, Puerto Rico Ilustrado, San Juan, 1922, p. 27, Colección Puertorriqueña, Biblioteca Lazaro, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.
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