Llena eres de gracia
Llena eres de gracias,
mujer puertorriqueña!
El Señor es contigo
en la Naturaleza,
y benditas tú eres
entre todas las mujeres de la tierra!
Ven conmigo hacia Dios, que Él ha mostrado
esta dulce verdad a tu poeta.
su blanda sombra en el camino,
su fresca sombra buena,
para que allí reposen
los humildes labriegos de la tierra.
Mira cómo la brisa,
la misma brisa inquieta
que juega con sus rizos
y los despeina,
besa los rostros pálidos
como tú besas!
Mira cómo el arroyo
se hace amoroso y presta
su dulce y clara linfa
a las bocas sedientas!
Así eres tú, como la linfa, plácida,
como la sombra, fresca.
Porque tú eres la oración de la tarde!