El entusiasmo
Eres la fuerza espiritual del mundo,
ya impulses el amor o el pensamiento,
ya des al héroe, en el combate, aliento,
o numen des al escritor fecundo.
Todo cede a tu imperio sin segundo,
triunfan por ti la gracia y el talento.
Al ensalzar tu influjo, en mi lo siento,
y en la experiencia práctica me fundo.
Tú das viveza al corazón humano,
fuego a la mente, fuerzas a la mano,
y eres árbitro activo de la suerte.
Sólo por ti el valor crece y se exalta!
Si el entusiasmo alguna vez me falta,
no quiero vivir más: ¡venga la muerte!