La lágrima
La lágrima que a sólas no se vierte
las inquietudes más acerbas calma;
siempre encuentra una frase de consuelo;
siempre una mano ansiosa de enjuagarla.
Semejante al rocío que refresca
las flores del amor con la esperanza;
que brotarán hermosas sin espinas
en lo que más hondo del vergel del alma.
Ellas las perlas son que, lentamente,
en lo interior del corazón resbalan,
cual resbalan tranquilas las estrellas
que brillan en la bóveda azulada.
¡Ese llanto vertido templar logra
del corazón la pesadumbre amarga:
ese es el llanto que placer ofrece:
esa es la más dulce de las lágrimas!