Me dueles, patria
Juro que la escuché llorando
que mientras bajaba por la jalda escuché sus llantos
gemidos de dolor, angustia y espanto
se ahogaba en sus lágrimas al ver como su historia
de las páginas de la vida se ha ido borrando
sabiendo que podría ser con el tiempo
solo un recuerdo fatuo
en el pecho de algún leal borincano
Juro que vi su rostro ajado
las huellas de sus lamentos
se han escondido en sus párpados
su vida ya no es con vida
la ha ido perdiendo entre las páginas de la mentira
y su boca…
esa que antes adornaba el cielo con su sonrisa
hoy ha sido sellada por cruentos eslabones
que nuevamente la vuelven esclava
Juro que siento el dolor de su cuerpo violentado
el escozor en sus huesos roídos por los clavos
ese vértigo producido al saber que sus hijos siguen siendo esclavos
a ver sus verdes pudriéndose en los establos
sus ríos muertos
más muertos que el mar que nos es lejano
y que su cielo es cuna de esporas, hongos y contrabando
Juro que la vi sangrar
desangrarse sobre su propia sombra
retorcerse en su sangre agónica
mientras trataba de sobrevivir a cuenta gotas
mientras luchaba a aferrarse al polvo que la sustentaba
mientras agarraba las manos de quienes por ella
hasta sus poemas entregaban
Y sigue viva
muy viva
aun entre sus dolores por la injusticia
muy viva
entre tanto estiércol, mentiras e inmundicia
muy viva
decidida a seguir luchando
hasta lograr la soberanía de sus brisas
…y con la negrura entre mis tetas
abro mi boca y alma
liberando mis entrañas
grito
¡Me dueles, Patria!