La Civilización en América
Laureada con medalla de plata en el Certamen del 4º. Centenario de la Colonización Cristiana de Puerto Rico.
Las naves de Colón fueron el puente
Por do vino del viejo continente
La civilización al Nuevo Mundo.
Y espíritu inmortal de aquella hazaña
Fue la bandera de la noble España,
De hermosa redención rayo fecundo.
Hoy en el dulce nombre de Castilla
Canta la musa americana, y brilla
Cual lumínico sol sobre los Andes.
América ya es libre y poderosa,
Y trocó la de España Victoriosa
Por las banderas de Bolívar, grandes.
Ya la hispana misión quedó cumplida.
Y la América halló progreso y vida.
Madre que el corazón sangró en la guerra,
Por redimir los pueblos descubiertos
Siguió caminos al calvario abiertos….
¡Fin de los redentores en la tierra!
Que toda idea de redención sublime
En el humano corazón imprime.
Amor al sacrificio y heroísmo.
Cuando la fé del mundo le abandona,
Jesús, desde la cruz, ama y perdona….
Y España, en su calvario, hace lo mismo!...
Pero así cual de cristo la simiente,
Fecunda en bien, la humanidad presente
Recoge à manos llenas…. De la hispana
Epopeya inmortal descubridora
Surge cual luz de refulgente aurora
La civilización americana.
América asombrando las naciones
Con sus grandes inventos, bendiciones
Derrama sobre el pueblo que impulsara
Al esforzado genovés, demente
Que vislumbra el ignoto continente
Y hasta su sueño realizar no pára.
Alma latina, generosa y fuere,
En ciudades los páramos convierte,
Labra la tierra y el comercio expande;
El trabajo es su lema, su egoísmo
Levantar un altar al patriotismo….
¡Alma latina, generosa y grande!....
Alma latina, que refunde sola
La epopeya inmortal, alma española!
Grande en las guerras con que siembra muerte,
Grande en las artes y el saber hermoso…
¡Alma latina, generosa y fuerte!....
Para América es sol de vida esa alma
Que del progreso conquistó la palma
Difundiendo la luz de sus ideas,
Y hoy se expande en el orbe brilladora,
Impulsando á la raza soñadora
Que luce en orgullo sus presas.
América es un nervio poderoso
De vida, que palpita sin reposo
En el continuo laborar. Es fuente
De saber, de riqueza y poderío,
Coloso que subyuga, á su albedrío,
Con el invento audaz y sorprendente.
Ved la fuerza motriz, que se desata
De la activa y rugiente catarata,
Que moviendo las máquinas, labora
Cual obrero incansable, cuyo aliento
Es alma del trabajo y movimiento
En la vida robusta y productora.
Hoy cien ciudades de moderna hechura
De América pregonan la cultura;
Soberbio alcázar donde fue el hohío
Luce sus capitales cincelados,
Y sus torres, de mármoles labrados,
Magníficas, dibuja en el vacío.
Y fue nervio también de ese adelanto
La LIBERTAD, que desplegó su manto
Sobre el suelo de América riente.
Washington y Bolívar, pregoneros
Del sublime ideal, son los primeros
En dar independencia al Continente.
Llama devastadora que redime
La libertad ha sido. Con sublime
Fuego enciende las luchas de oprimidos;
Y lo mismo que al lado de los Andes
En las pobres islillas hace grandes
Los pueblos á sus leyes acogidos.
La simiente del bien nunca es fecunda
Si el sacrificio noble no la inunda
Con su savia de amor. La evolutiva
Ruta de perfección los pueblos ganan
Cuando á la libertad el hombre hermanan
Redentora misión educativa.
Por eso Roma, en su grandeza, muere
Como un sol sin fulgores, cuando hiere
La dignidad del pueblo cual tirano;
Que nunca de su solio ha descendido
La libertad para dejar ungido
A un coloso con alma de un enano.
Pero la antigua explotación romana
Tuvo en su abono la codicia insana.
De la CONQUISTA, ese brutal derecho
Que la civilización no ha desterrado
Del alma de los pueblos que han gustado
Ejercer la rapiña en su provecho.
Grande fue la misión de España, un día
Colonizando un mundo que dormía
En doloroso salvajismo. Pero
Esta, que surge del poder naciente
De América, república incipiente,
Lleva la maldición del mundo entero.
Oh, Civilización! Tú, que elaboras
Las leyes del progreso, redentoras,
¿Por qué tu savia por igual no diste
A los pueblos de América; y uno dejas
Sin pan de libertad, sorda á las quejas
Que exhala en su opresión bárbara y triste?...
¿Por qué de la conquista, regalada
Con sus derechos á la edad pasada,
Dejas que en el presente los errores
Resurjan para dar muerte á la idea,
De un pueblo culto, que evadir desea
El yugo de los nuevos opresores?....
¿Por qué de la nación á cuyo amparo
Fuiste de América el refulgente faro,
Hoy eclipsas la estrella; y veleidosa,
Para herirla te truecas en espada,
Cuya punta mortal, en la estocada
Hace correr su sangre generosa?....
¿Por qué, de un pueblo, en tus gigantes luchas,
La voz que clama libertad no escuchas;
Mientras al nuevo César das la mano
Para que suba al pedestal de gloria,
Que con su lodo salpicó la escoria
Y con sus vicios profanó el tirano.
Oh, civilización! Tu excelso nombre
Es símbolo bendito para el hombre
Que ambiciona ser libre. Di, ¿qué has hecho
De esta tierra infelice, en que han llorado
Tu ausencia, en los náufragos del pasado,
La libertad augusta y el derecho?....
Tu luz arde, cual tea que destruye
Para la pobre gente que rehúye
La lucha en que se juega nombre y vida,
Y recorre al suicidio sin protesta.
¡Oh, civilización! mi gente es de esta,
¡Sé tú su salvación, su noble egida!...
Autorizando, bárbara, el despojo
Del indio, que era libre, aunque salvaje;
Medró á tu sombra la codicia insana,
Y trocaste á la tierra americana
En centro del odioso COLONIAJE.
Ah, que también tu fecundante lumbre
desciende al germinar de podredumbre!
Y halló en tu seno la maldad asilo
Para tronchar de un pueblo la esperanza,
Borrando el horizonte de bonanza
Que vislumbró su porvenir tranquilo!
¡Oh, civilización! Sobre el pasado
Vuelve, y borra las huellas que has dejado
De las naciones la triunfal codicia….
Y haya un sol para todos de JUSTICIA
Que alumbre pueblos libres en la tierra!
No sigas más tu luminoso curso.
Relegando á mi patria del concurso
Que forman los de América pujante,
Pueblos LIBRES que tienen su bandera;
Que esclava vive y de tu luz espera
Rayo de augusta libertad triunfante.
Mata el encono, que encendió las iras
Para que ardieran las siniestras piras
Del despotismo en el altar augusto
De los pueblos esclavos cuyos hijos,
En los quebrantos del dolor, prolijos,
Soñaron tu poder bendito y justo.
Mas, si no cumple á tu misión sagrada
Volver sobre tus pasos la mirada,
Sigue tu curso…. ¡Y resignado muera
Un pueblo digno en afrentoso yugo,
Mientras tú, convertida en su verdugo,
Le usurpas libertades y bandera!....