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English translation coming soon.

¿Cuál es la más bella flor?

Francisco López Sánchez [Franlosán, Franclosán]

1920

(Inédita)

 

Pues que Flora es la primera

en saber tan dulce cosa,

acudí luego a la Diosa

Reina de la Primavera.

Por entre una enredadera

el gentil rostro asomó,

y con voz que revivió

el pobre espíritu mío,

desde su dosel umbrío

la Diosa me respondió:

 

– Id, preguntad a la dama

que de Amor sufre discreta

agudísima saeta

pensando en el bien que ama.

Vereis subida la llama

en el candil de sus ojos,

y ocultando los sonrojos

de la bendita respuesta,

os contestará modesta:

– Para mí. . .¡claveles rojos!

 

Quien vea mar de por medio

entre dos almas hermanas,

las más alegres campanas

para él tocan a tedio.

Si persiguiendo el remedio

de su mal horas medita,

¿qué ha de decir en la cuita

si todo triste lo ve

como una ilusión que fué. . . . . .?:

– ¡Margarita! ¡Margarita!

 

¡Pobre niña! Enferma está.

Del pelo la redecilla

a la cerosa mejilla

tinte de muerte le dá.

¡Infelice! ¿No dirá

acaso su mente pálida

cuando le presenta escuálida

la faz el tranquilo espejo. . . :

– ¡Perdona, Dios, si me quejo. . . . . .!

pensando en la rosa pálida?

 

El anciano que se inclina

agobiado por los años

y el botín de desengaños

que hecho un dolor le asesina.

Con paso incierto camina

al misterioso ataud,

y en los ratos de quietud

como un niño se recrea

deshojando, allá en la idea,

la flor de la juventud.

 

Ved la novia, espera fiel

la llegada del galán.

No lo diera por don Juan

si se cambiara por él.

Su pecho destila miel

libre de grandes pesares;

los ojos vierten a mares

en placer y la alegría

puesto que se acerca el día

de llevar. . . . . .los azahares.

 

Entre dos fojas encierra

preciado libro de misa

muerta flor, viva sonrisa

de un casto amor de la sierra.

 

En el fragor de la guerra

un gañán falto de aliento

exhala quejas al viento

ausente de su pastora

que triste, el bien rememora

en un seco pensamiento.

 

Acercaos al vanidoso,

al caballero malsín,

con título. . . . . .de arlequín

y aires de fachendoso.

 

Échalas de prestigioso

hablando de carretilla

del ducado que apolilla

el progreso en un rincón. . . .

Eso, dirá con razón:

– ¡Prefiero la campanilla!

 

Penetrad en el convento,

vereis cuán blanca la luz

del blanco marfil la cruz

acrece el arrobamiento.

Allí hicieron juramento 

Fe y amor con alma llena.

La blanca nieve en la almena

sus lágrimas da al alero,

al par que en blanco florero

duerme la pura azucena.

 

Proguntad é aquel que llora,

joven apuesto y lozano.

Vedle allí, rosario en mano,

cuál suspira mientras ora.

A ese ¿que flor le enamora

con inefable dulzura?

¿Cuál halla más bella y pura . . . .?

¡Siempre vivas prefirió!

Esa, la flor que llevó

su padre á la sepultura!

 

Id donde el alma sencilla

que medita en un rincón

el dar cuerpo á una ilusión

con el genio que encastilla

Placentero se encastilla

en los sueños de poeta,

y tonos en su paleta

busca para dar color

á un pensamiento de amor. . . .

pensando en una violeta.

 

Ved, pues, que parece vano

buscar la flor preferida.

A veces la más querida

nació pobre en el pantano,

libre de cetro tirano.

Que en flores como en mujeres

los diversos pareceres

no pudieran designar

ni una flor para reinar

ni reina para quereres.

 

La Diosa desapareció

tras la densa celosío,

derramó su luz el día,

la campiña despertó.

El ambiente se impregnó

de señalados vapores;

plantas, capullos y flores

vistieron extrañas galas,

y pródigos en escalas

trinaron los ruiseñores.

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