¿Qué pasa?
… pasa que la luna se me ha quebrado,
que la soledad está más sola que sí misma.
-Angelamaría Dávila
Que sola se me ha fugado
la dama. Mítica. Signos.
Letras. Conspiran malignos,
me huyen. Me han olvidado.
Musas, se me han desangrado.
Quiero rezarle a mi muerte,
quiero que mi alma despierte
con la luna arrepentida
de escabullirse, vestida
de miedo o de ansias. Inerte.
¿Qué pasa?
Que la sangre se me aguanta,
se me hinchan los dedos, duermen.
Me acostumbro a que se enfermen
mis pesares. Se me espanta
la energía. Me amamanta
la pena y el hambre, ser
una sola, conocer
el cielo, darle la mano.
Quiero hacerme la que sano
las heridas y el placer.
¿Qué pasa?
Que una lágrima se ahueca
silvestre, casi enredada
en mis pestañas. Sentada,
leyendo en la biblioteca.
Mustia, antigua, sola y seca,
rodeada en sudores viejos,
entre peces y cangrejos,
y de divino espiral
que se transmuta en la sal
del cristal de sus espejos.
¿Qué pasa?
Que se me inscribe la pena
que se anochece guardada
entre las voces. Pesada
y con la mirada ajena.
Que sola me abre la vena,
grita, gira y reverdece.
Anueva su cuerpo. Mece
las libertades podridas.
Pena de uvas fruncidas
y que todo lo perece.