La lluvia
La mélica lluvia cae sobre el tejado
Como el flautar lírico de un millón de notas,
y por el ambiente musicalizado
Va el tropel de versos que riman las gotas.
Menuda desciende, como de un teclado
Que apenas movieron manos ultra-ignotas,
Formando cortinas de fino brocado,
Volutas de perlas en lágrimas rotas.
Atento a la lluvia poned el oído
Y oiréis como ambulan en cada sonido,
Andantes, formatas, arias, barcarolas,
Y en mil sonatinas de tonos diversos,
Como en las escalas de todos los versos,
Escucharéis systros, y guzlas y violas…