Compostada
Las hojas rojas llovían en mi pecho. Mi cara de sandía
le sonreía al cielo. Recostada en el bosque, intercambiaba
con las ramas mi silencio. Reposaba sobre el suelo el
cansancio de mis huesos.
¡Oh, tierra mía! ¡Oh,
tierra santa! ¡Oh, tierra
viva! Tú me levantas.
En ti vivo. Refugiada en la calma de tus ríos.
Eres mi casa amable y buena. Me regeneras
pieza por pieza.
Derechos: Damaris Rivera