Ponemos la poesía en su preciso preso
Abrazábamos tantas abrazamos esperanzas perfectas
Planeábamos planeamos los perfiles
Rastreamos los detalles
Parimos como paren los conejos
multitudes de sueños y proyectos
todo eso vale sigue vuela
Es el fondo distante
Amando acá y allá
trayendo nos dejamos
trayectorias y trazos
olas que van
espumas al horizonte
lejos
como nubes que empreñan murales
por el cielo
Arañamos el cielo como gatos salvajes
Intentamos entonces cantar como aquel “ángel”
“Quién si yo gritase me escucharía entre las cohortes angélicas”
y el grito se hizo espacio
y Orfeo repetía ese sueño incubable:
que el canto
sólo el canto
mueva muertos y mares
Orfeo es solamente el espejismo de poetas sedientos
cuando se sienten solos
más que solos aparte
cuando trazan distancias insalvables
entre su ser y vida y la de otros
hasta sentirse diferentes
grandes
Orfeo es el capelo del pedante.