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El Proyecto de la literatura puertorriqueña El Proyecto de la literatura puertorriqueña

Al invierno

Francisco Vassallo Cabrera

1917

Dedicada á mi amigo D. Manuel de 

Malibrau.

 

Pasa, otoño, veloz, pasa ligero,

Que el tiempo que adelantes en tu espacio

Yo lo bendeciré; solo suspiro

Por el calor y el fuego del verano.

 

  1. de M.

 

Adios, maldito invierno,

Tiempo odiado por gentes y animales,

Ni siquiera el infierno

Ha querido que pises sus umbrales,

Y osado y fastidioso

Obligas á la gente á hacer el oso.

Vete á buscar asilo

A mas leguas de mí que hay de aquí al cielo,

Y déjame tranquilo

Que pueda sin temor cortarme el pelo,

Y en mangas de camisa

Salir á mi balcon muerto de risa.

Y dejaré la capa,

Ese mueble pesado y engorroso,

Que aunque todo lo tapa,

Es mucho mas alegre y mas hermoso

Llevar un levitin

De fino paño, seda ó alepin.

Y no usaré la lana

Para evitar del viento la crudeza,

Ni ya por la mañana

Dejaré el blando lecho con pereza.

La brisa halagadora

Respiraré al llegar la fresca aurora.

Ni ya diente con diente

Daré á cada momento con disgusto:

Estaré mas caliente

Mientras alejes mas tu ceño adusto,

Y viviré gozando

Aunque tenga que estar siempre sudando.

Porque es mejor sudar

Que taparse la cara hasta las cejas,

Teniendo que ocultar

Esa parte que llaman las orejas,

Que siendo tan bonitas

No merecen tal pago, pobrecitas.

Huyan tambien contigo

Esas noches de faz negra y sombria

En que es preciso abrigo,

So pena de que alguna pulmonía

Me ponga patitieso

Aunque esté muy rollizo y muy obeso.

Y no tendré un catarro

Que obligue á la nariz á estar tapada,

Ni en asqueroso barro

Resbalará del pié la planta helada;

Porque al ver que te marchas

Los catarros huirán y no habrá escarchas.

Huye que estoy cansado

De tus frios y fuertes vendavales,

De vivir encerrado,

Y de ver á traves de los cristales

Lo que en la calle pasa,

Teniéndome que estar dentro de casa.

Deseo respirar

El aire embalsamado por las flores,

Y poder disfrutar

Del hermoso verano los calores,

Que á mí me vivifican

Y mis miembros cual tú no mortifican.

Veré en vez de tu hielo

Abierta de las flores la corola,

Y el alfombrado suelo

Me ofrecerá el jazmin y la amapola,

Las peregrinas rosas

Con que adornan su pecho las hermosas.

Que no encuentro remedio

Para ahuyentar tu frio cuando aprieta,

Que causa tanto tedio

Como causa á un enfermo que está á dieta

Y tiene hambre canina

El ver á otro almorzarse una gallina.

Me enfada y me joroba

Tenerme que poner junto al brasero

Que la salud me roba,

Y le roba al bolsillo mi dinero

Para comprar carbon,

Dando celos al siempre útil fogon.

Y estar continuamente

Con la pala en la mano y en el fuego,

Porque es tan imprudente

Que de no hacerlo así se apaga luego,

Quedándose mas frio

De lo que antes estaba el cuerpo mio.

Si quiero ir á paseo

O bien á visitar á mi embeleso,

No puedo hallar recreo,

Porque tengo por fuerza que ir muy tieso

Sin capa que me evite

Que á un ochenton en el temblor imite;

O habré de ir embozado

Cuando tanto me carga y me fastidia,

Y seré criticado

De algunos que tal vez tendrán envidia

Al ver que ellos no pueden

Embozarse cual yo sin que mal queden.

Mal, porque la etiqueta

Ir con comodidad no nos permite:

La sociedad discreta

A aquel que va con capa no le admite,

O con burlona risa

Le hace retirar mas que de prisa.

Huye pues de esta tierra,

Huye invierno maldito á otras regiones;

Contigo abierta guerra

Siempre tuvieron hembras y varones,

Y el niño y el anciano

Suspiran como yo por el verano.

Derechos: Dominio público

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