Angel M. Arroyo
(Él)Ángel Manuel Arroyo nació en 1908 en Arecibo, Puerto Rico, y emigró a Nueva York, Nueva York después de completar su educación secundaria en 1924. Perteneció a la primera generación de puertorriqueños en Nueva York. Regresó a la isla tras su jubilación, pero se vio obligado a regresar poco después debido a la enfermedad de su esposa; ambos fallecieron en la ciudad de Nueva York. Como periodista, publicó la columna "Gotitas de mi tintero", un comentario sobre noticias y eventos locales, en varios periódicos locales como La Prensa, El Tiempo y El Imparcial; y junto a Erasmo Vando abogó por la causa republicana durante la Guerra Civil Española, así como por la independencia de Puerto Rico en el periódico La Voz. Como activista comunitario, fue cofundador, junto a Gonzalo O'Neill y Erasmo Vando, de la Asociación Puertorriqueña de Periodistas y Escritores (APE), presidió el Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos (CEP), colaboró con la fundación del Instituto Puertorriqueño y el Archivo Puertorriqueño. Fue uno de los primeros promotores del Desfile Puertorriqueño en la ciudad y de la designación del mes de noviembre como Mes de la Herencia Puertorriqueña. Publicó cuatro antologías de poesía: Cenizas del alma (1949), Láminas de mi infinito (Editorial Campos, 1961), Sinfonía de colores (Sociedad Puertorriqueña, 1969) y Burbujas de sol y agua (Public. Asociación Puertorriqueña de Autores, 1982). En ellas expresó su profundo amor por Puerto Rico y su gente, la fe en un destino independiente, la nostalgia y idealización de la tierra natal, y la defensa del idioma español. Su poesía puede identificarse con el Modernismo y el Romanticismo, con una métrica cuidadosa y un uso elaborado del lenguaje lleno de referencias clásicas, recordando también a los poetas del Siglo de Oro. La falta de representación de su obra en compilaciones de poetas puertorriqueños que incluyen a muchos de sus contemporáneos podría indicar un sesgo por parte de los editores hacia este erudito autodidacta. Sin embargo, su obra refleja vívidamente las realidades diarias de la vida de la comunidad, dejando un legado de las luchas, sueños y la desilusión final de las aspiraciones por ver un Puerto Rico independiente. Estos temas, independientemente del lenguaje elaborado, siempre fueron accesibles para las personas para quienes escribió. La obra de Ángel Manuel Arroyo sigue siendo en su mayoría desconocida, pero merece ser estudiada no solo por la comunidad de la diáspora puertorriqueña, sino por la gente de la isla, donde podemos pensar que gracias a los esfuerzos de estos primeros pioneros, el idioma español y las tradiciones culturales fueron preservados en un momento en que estaban siendo atacados en la isla. También podría convertirse en un punto de estudio para nuevas comunidades inmigrantes y diaspóricas que presenten características similares de conservadurismo y rechazo de la cultura dominante, con una evolución, como en el caso de Ángel Manuel Arroyo, hacia una aceptación resignada de un punto de no retorno. Falleció en 1998.
Works Cited
Arroyo, Angel M. Angel M. Arroyo Collection, Recovering the US Hispanic Literary Heritage, University of Houston.
Arroyo, Angel M. “Letter to José Abad Ramos.” 11 Feb. 1995. Colección de Angel M. Arroyo, Recovering the US Hispanic Literary Heritage,University of Houston.
Arroyo, Angel M. “Sobre el autor”. Colección de Angel M. Arroyo. 1970-1988?, Recovering the US Hispanic Literary Heritage, Universidad de Houston. Manuscrito.
Diccionario de Personalidades Puertorriqueñas de Hoy. Florentina Pub., 1979.
González, José Emilio. La Poesía Contemporánea de Puerto Rico. Instituto de cultura puertorriqueña, 1972.
Ortega Seco, Andrés. Sinopsis de la Literatura Puertorriqueña/Synopsis of Puerto Rican Literature. Omega, 1974.