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El Proyecto de la literatura puertorriqueña El Proyecto de la literatura puertorriqueña

sal de magnesio

Mara Pastor

hablar sobre lo que nos desborda a costa 

de inundar

las inmediaciones 


escribo como si quisiera regresar las palabras 

a algún sitio o más bien sacarlas de ahí

 

criatura de isla

marherida

en algunos sitios 

se nace marcriada 

en otros se marvive 

en este nos 

marherimos 

 

 

una mano

un hiato

una manía 

 

aquí te cuerpo 
 

este día comenzó 

en un bosque

que nunca estuvo 

 

 

desnudos 

reforestemos 

fronteras

taladas 

 

 

el abismo que signa la diferencia entre formas 

de desastre

esta distancia 

era necesaria

para ver cómo despierta

el trébol morado 

con el sol 

un beso que no recibí 

se hizo bisagra

regresar al nido de sábanas

tu largo hipo 

tu pierna que arropa 

el deseo es un niño

que aprende a delinear 

una estrella de ocho puntas 

tener un amorzuelo en el ojo que no nos deja ver 

el día es largo 

le faltan piezas 

suena mi coyuntura 

cada día sé menos de la infantería de trastes que nos unen 

menos de cómo se remodela con ingenio mi corazón 

menos de nosotros 

menos de dónde sacas

amor de tórtolos para las canciones 

menos de mí

cuando desembarcar no es una opción

y tampoco quedarse en la nave 

mis palabras favoritas 

hoy son moho 

celaje y musgo 

cada celaje tiene su canción 

la voz deja una frecuencia visible 

eso es su celaje 

el celaje de la voz se hace fósil

una teoría es

un celaje de formas 

que pasan a un ritmo 

y con una atmósfera

ese efecto extraño 

que alivia y trastorna a la vez 

la palabra acontece cuando se dice

desde su fractura

es decir

desde su inutilidad 

escribo la poesía del utensilio enmohecido 

anhelar la desmesura o macerar la mesura 

un número disfrazado por un lado de palabra 

y por el otro de espejo 

me sumerjo en sal de magnesio 

nada escucho 

el sulfato de magnesio 

hace que el agua de mar 

absorba el sonido 

qué escucharemos 

cuando se le acabe 

el sulfato al mar 

hace tan solo un mes

estaba en la ciudad 

donde el agua hacía 

que se me cayera el pelo 

allí tampoco

me crecían las uñas 

acá en cambio 

me ha crecido el pelo como si de él fueran a escalar 

peñascos los buzos

acá las uñas tienen voluntad de percha 

chocan con el teclado

y eso las refuerza 

mi uñas tecleantes que se tiran en una piscina sin 

agua

una vez tras otra 

el agua de esta ciudad también está contaminada 

aún así las mujeres toman baños de tina 

se dice que sus ríos 

te llevan a cualquier parte y que quienes lo saben 

se esfuerzan en tapar todos los puertos 

nos morimos acá también 

pero con el pelo largo y abundante 

escribí el trapesiesta 

cuando pensaba en contaminación

hace unos segundos 

me tomo trapesiestas 

en las tardes 

cuando la contaminación 

y yo armonizamos 

necesito una mortandad más terca 

un fantasma joven llega a su leyenda 

a espantar el polvo de los libros 

lo seguí como a un oráculo a la inversa 

sus dedos tienen grabada 

la sombra del cigarro 

que se fumó antes 

de decirlo todo 

fumador que exhala metáforas

si deja de fumar

se muere

acercándose el libro al rostro 

como para soplarlo 

como para soplarle todas sus palabras 

todo se pega

todo deja su celaje 

musgo

en primera persona 

conjugado en presente

acción yo musgo 

tú musgas 

no siempre me esperan 

las superficies en que 

m u

s g

o

era mi cumpleaños 

desperté y la mitad del mundo me cantó 

mientras olía mi cuello 

estaba nublado

las nubes se iban como mis pensamiento 

entra luz por las persianas 

despierta el trébol morado 

quién canta

hacía frío por primera vez desde que llegamos 

a la ciudad que ahora

nos cobijaba a medias 

como las sábanas austeras sobre la cama inflable 

él se viste

sale apresurado 

del cuarto 

se va a la biblioteca 

para no perder tiempo 

yo me quedo 

escribo una carta larga a una amiga

regresa

hubo amenaza de bomba

en la universidad

largo aliento humeante de cuerpos 

de vez en cuando 

mis ojos se escapan 

por la ventana

estoy en un cuarto piso

y veo personas caminar por las aceras 

saliendo en fila 

de la gran torre gótica frente a la cual escribo 

mi mirada se torna periférica 

y es como si pudiera abstraer

una gramática de los cuerpos andantes 

sus ropas multicolor seguramente irradian 

una frecuencia musical específica

su caminar por las aceras asemeja 

una palabra de trazos suaves 

el caminar de una multitud 

también es literatura 

toda ciudad tiene su torre

quienes observan 

están cansados

pero no dejan de mirar 

qué raro cuando el olor 

de las cosas 

no corresponde al imago de las cosas 

ahora por ejemplo

el humo huele a comida para peces

será que quiero nadar 

soñé que era mi cumpleaños

y acariciaba el pelo canoso 

de una mujer joven

mi piel se llena 

de los lunares

de ancianas que amé

un abrazo inadvertido

mi cuerpo se enroscó para deshacerse 

del tacto intrépido 

de su olor de avena 

ella no sabe de mi amor

ni yo del suyo 

pero quiso decirme que sabía

y quiso decirme que era un talismán en tus besos

había en su mejilla avena de una infancia cercana 

yo pensaba en ella como en magnolias 

flamboyanes del oriente

aunque era avena 

me trajo un rebozo recién tejido 

y el recuerdo de un vientre antiguo

para contar ciudades juntas 

remueves las esporas 

en el bosque 

los hongos se dispersan 

las mujeres y los niños 

los buscan hasta que cae el sol 

pero tiene que llover

para que haya hongos 

tiene que llover 

la palabra carbunclo 

un poema sin tachones

que parezca un pergamino viejo 

aunque aún no lo sea 

que lleve la promesa

con que nos deseamos 

aromas desiguales 

como yerba y abrojo 

mojada y rojo 

he guardado un diente 

pequeño en el bolso

toda la semana 

buscando una tarde 

para abocar la mano 

canción fugada 

de un círculo roto 

nace el diente que cae de mi boca 

la isla pesa el suspiro

de unas palomas cansadas 

este lugar

que nos estamos inventando 

tiene elementos que no aparecen 

en la tabla periódica 

es un lugar asiente 

tu nombre en otro idioma no cabe en mis poemas 

tu cuerpo sí

anoche te hablé 

de los augurios enterrados 

y de las sentencias 

en los márgenes de libros 

la voz de mi amuleto obceca y aparece 

lo más parecido 

al descanso es contar

las horas para el opio 

y el eco del pueblo 

es un molar soñado

quisiera decir advertencia

no existen tarots a prueba de fe

solo permanecen los poemas a prueba de bigotes

traté a las jacarandas como si fueran cualquier cosa

y tomé una copa de vino en el desayuno

esas raíces que destruyen los edificios viejos de

La Habana 

me agrietaron a mí también 

en magnesio 

escucho la mañana

llamar a la puerta

vivo el reverso

de un invierno largo

como los humitos en mis exhalaciones 

muerdes mis vocales 

ortografía

no memorices 

las aceras 

el grillo buscó lugares más húmedos 

yo debería hacer 

lo mismo



 

English translation coming soon