sal de magnesio
hablar sobre lo que nos desborda a costa
de inundar
las inmediaciones
escribo como si quisiera regresar las palabras
a algún sitio o más bien sacarlas de ahí
criatura de isla
marherida
en algunos sitios
se nace marcriada
en otros se marvive
en este nos
marherimos
una mano
un hiato
una manía
aquí te cuerpo
este día comenzó
en un bosque
que nunca estuvo
desnudos
reforestemos
fronteras
taladas
el abismo que signa la diferencia entre formas
de desastre
esta distancia
era necesaria
para ver cómo despierta
el trébol morado
con el sol
un beso que no recibí
se hizo bisagra
regresar al nido de sábanas
tu largo hipo
tu pierna que arropa
el deseo es un niño
que aprende a delinear
una estrella de ocho puntas
tener un amorzuelo en el ojo que no nos deja ver
el día es largo
le faltan piezas
suena mi coyuntura
cada día sé menos de la infantería de trastes que nos unen
menos de cómo se remodela con ingenio mi corazón
menos de nosotros
menos de dónde sacas
amor de tórtolos para las canciones
menos de mí
cuando desembarcar no es una opción
y tampoco quedarse en la nave
mis palabras favoritas
hoy son moho
celaje y musgo
cada celaje tiene su canción
la voz deja una frecuencia visible
eso es su celaje
el celaje de la voz se hace fósil
una teoría es
un celaje de formas
que pasan a un ritmo
y con una atmósfera
ese efecto extraño
que alivia y trastorna a la vez
la palabra acontece cuando se dice
desde su fractura
es decir
desde su inutilidad
escribo la poesía del utensilio enmohecido
anhelar la desmesura o macerar la mesura
un número disfrazado por un lado de palabra
y por el otro de espejo
me sumerjo en sal de magnesio
nada escucho
el sulfato de magnesio
hace que el agua de mar
absorba el sonido
qué escucharemos
cuando se le acabe
el sulfato al mar
hace tan solo un mes
estaba en la ciudad
donde el agua hacía
que se me cayera el pelo
allí tampoco
me crecían las uñas
acá en cambio
me ha crecido el pelo como si de él fueran a escalar
peñascos los buzos
acá las uñas tienen voluntad de percha
chocan con el teclado
y eso las refuerza
mi uñas tecleantes que se tiran en una piscina sin
agua
una vez tras otra
el agua de esta ciudad también está contaminada
aún así las mujeres toman baños de tina
se dice que sus ríos
te llevan a cualquier parte y que quienes lo saben
se esfuerzan en tapar todos los puertos
nos morimos acá también
pero con el pelo largo y abundante
escribí el trapesiesta
cuando pensaba en contaminación
hace unos segundos
me tomo trapesiestas
en las tardes
cuando la contaminación
y yo armonizamos
necesito una mortandad más terca
un fantasma joven llega a su leyenda
a espantar el polvo de los libros
lo seguí como a un oráculo a la inversa
sus dedos tienen grabada
la sombra del cigarro
que se fumó antes
de decirlo todo
fumador que exhala metáforas
si deja de fumar
se muere
acercándose el libro al rostro
como para soplarlo
como para soplarle todas sus palabras
todo se pega
todo deja su celaje
musgo
en primera persona
conjugado en presente
acción yo musgo
tú musgas
no siempre me esperan
las superficies en que
m u
s g
o
era mi cumpleaños
desperté y la mitad del mundo me cantó
mientras olía mi cuello
estaba nublado
las nubes se iban como mis pensamiento
entra luz por las persianas
despierta el trébol morado
quién canta
hacía frío por primera vez desde que llegamos
a la ciudad que ahora
nos cobijaba a medias
como las sábanas austeras sobre la cama inflable
él se viste
sale apresurado
del cuarto
se va a la biblioteca
para no perder tiempo
yo me quedo
escribo una carta larga a una amiga
regresa
hubo amenaza de bomba
en la universidad
largo aliento humeante de cuerpos
de vez en cuando
mis ojos se escapan
por la ventana
estoy en un cuarto piso
y veo personas caminar por las aceras
saliendo en fila
de la gran torre gótica frente a la cual escribo
mi mirada se torna periférica
y es como si pudiera abstraer
una gramática de los cuerpos andantes
sus ropas multicolor seguramente irradian
una frecuencia musical específica
su caminar por las aceras asemeja
una palabra de trazos suaves
el caminar de una multitud
también es literatura
toda ciudad tiene su torre
quienes observan
están cansados
pero no dejan de mirar
qué raro cuando el olor
de las cosas
no corresponde al imago de las cosas
ahora por ejemplo
el humo huele a comida para peces
será que quiero nadar
soñé que era mi cumpleaños
y acariciaba el pelo canoso
de una mujer joven
mi piel se llena
de los lunares
de ancianas que amé
un abrazo inadvertido
mi cuerpo se enroscó para deshacerse
del tacto intrépido
de su olor de avena
ella no sabe de mi amor
ni yo del suyo
pero quiso decirme que sabía
y quiso decirme que era un talismán en tus besos
había en su mejilla avena de una infancia cercana
yo pensaba en ella como en magnolias
flamboyanes del oriente
aunque era avena
me trajo un rebozo recién tejido
y el recuerdo de un vientre antiguo
para contar ciudades juntas
remueves las esporas
en el bosque
los hongos se dispersan
las mujeres y los niños
los buscan hasta que cae el sol
pero tiene que llover
para que haya hongos
tiene que llover
la palabra carbunclo
un poema sin tachones
que parezca un pergamino viejo
aunque aún no lo sea
que lleve la promesa
con que nos deseamos
aromas desiguales
como yerba y abrojo
mojada y rojo
he guardado un diente
pequeño en el bolso
toda la semana
buscando una tarde
para abocar la mano
canción fugada
de un círculo roto
nace el diente que cae de mi boca
la isla pesa el suspiro
de unas palomas cansadas
este lugar
que nos estamos inventando
tiene elementos que no aparecen
en la tabla periódica
es un lugar asiente
tu nombre en otro idioma no cabe en mis poemas
tu cuerpo sí
anoche te hablé
de los augurios enterrados
y de las sentencias
en los márgenes de libros
la voz de mi amuleto obceca y aparece
lo más parecido
al descanso es contar
las horas para el opio
y el eco del pueblo
es un molar soñado
quisiera decir advertencia
no existen tarots a prueba de fe
solo permanecen los poemas a prueba de bigotes
traté a las jacarandas como si fueran cualquier cosa
y tomé una copa de vino en el desayuno
esas raíces que destruyen los edificios viejos de
La Habana
me agrietaron a mí también
en magnesio
escucho la mañana
llamar a la puerta
vivo el reverso
de un invierno largo
como los humitos en mis exhalaciones
muerdes mis vocales
ortografía
no memorices
las aceras
el grillo buscó lugares más húmedos
yo debería hacer
lo mismo