Cantos rojos
“No hay Redención sin Calvario.”
Se desploma el feudalismo
Al redoble del tambor
Del combate en el fragor,
Va al suelo el IMPERIALISMO!
Ya tiembla el capitalismo,
La autocracia bambolea
Y se ha encendido la tea,
Con la chispa refulgente,
Del obrero inteligente
Que impulsa, produce y crea.
Ya despierta la canalla.
Como la llama el burgués,
Y en Rusia con altivéz
El furor del pueblo estalla.
No hay barrera ni muralla
De la explosión al empuje
De una sociedad que ruge
Al verse tan oprimida
Y la tiranía vencida
Sobre sus cimientos cruge.
¡Arriba pues campesino
Que hay un fulgor de esperanza,
Que el fruto de tu labranza
No de lucro a tu asesino!,
Al ansioso y libertino
Que roba vuestro sudor,
Y que en lujo y esplendor
Malgasta lo que trabajas
Dejándote unas migajas
Por tu constante labor.
Por todas partes gritad:
¡Abajo la aristocracia!
¡Arriba la democracia!
¡Muera la desigualdad!
¡Qué brille la libertad!
Para todos los humanos
Una sociedad de hermanos
Queremos sobre la tierra;
Que haya paz y no haya guerra
Y que mueran los tiranos.
La humanidad en la cumbre
Dichas, placeres y halagos,
Ni explotadores ni vagos
Gobierno ni servidumbre,
Que a todos el sol alumbre
Con su mismo resplandor,
Que nadie sea mejor
Y rija pues la igualdad
Dentro la fraternidad
De un pueblo trabajador.
Y así se verá el provecho
Del trabajo realizado
En un pueblo preparado
Para el deber y el derecho;
Aunque el camino sea estrecho
Y el medio ambiente precario
Solo el pueblo proletario
Resolverá este problema,
Llevando siempre por lema:
“No hay Redención sin Calvario.”
Álvarez, Perfecto. "Cantos rojos". Trovas Rurales, Imprenta Morel Campo, Cagüas, Puerto Rico, 1919, pp. 11-3, Colección Puertorriqueña, Biblioteca Lazaro, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras.
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