La pelea de gallos
Se mataron esos gallos
Por una triste gallina,
Se mataron esos machos
Por una mujer Boricua
Eso pasó en la gallera
Aquella de Don Anselmo,
Donde alguien se olvidó
Que se cerraban las jaulas
De los gallos de pelea
Que allí se guardaban presos.
Y los gallos de pelea
Se tiraron a la valla
Con sus propias intenciones
Sin que nadie les echara.
Uno era el gallo giro
De las espuelas de acero.
Otro era el gallo aquel
Forradito de amarillo
Que le llamaban Perico.
Cantaron los dos a un tiempo
Contemplando una gallina
Pero los dos se enfrentaron
Como gallos de pelea
Que conocen sus espuelas.
Los jíbaros de la casa
Unidos por Don Anselmo
Decidieron que era hora
De proponer sus apuestas
Y muy pronto el arenal
Se les convirtió en gallera.
El pobre Don Anacleto
Que sus piraba aguardiente
Bebía constantemente
Gritando con entusiasmo
—Viva mi gallito giro
Que también viva mi patria
Que me juego hasta la capa
Por cualquiera de sus patas
Uno gritaba diciendo
—Cincuenta pa el amarillo
Que ese gallo tiene brillo.
Y el otro le contestaba
—Setenta pa el gallo giro
Que representa a mi patria
Que tiene la gallardía
Con esa cresta mojada.
—Pues lleva siete peleas
Y nunca corre en la valla
—Setenta y dos a ese giro
—Treinta y tres al amarillo
Que es un relámpago en ascuas.
—Pícale gallo te digo
Desmorónale la cresta
Que si yo gano esta apuesta
Te voy a cambiar el nombre
Por el gallo Puerto Rico.
—Pícale gallo bien duro
Que ese giro no revienta.
—Pícale gallo de oro
Que pa eso te formaron
Esas plumitas que adoro.
Y las apuestas crecían
Y los sudores hervían
Y el sol que les calentaba
Desde el cielo obscurecía.
Y allí estaba Estanislao
Y Ramiro y Don Andrés
Y el guapo de Manuelito
Y el hijo de los Garcés.
Pero de pronto se oyó
Aquel silencio en la valla
Porque el Chato se acercaba
Sabiendo que su rival
En aquella multitud
De jíbaros se encontraba.
Y todos se retiraron
Contemplando desde lejos
Aquellas las dos peleas
De los gallos y los machos
Que peleaban por su hembra.
Porque sabían que era en vano
El quererlos apartar
Y tenían que pelear.
Y los gallos se peleaban
Por una triste gallina
Y los machos se peleaban
Por una mujer Boricua.
No se dijeron palabras
Que en toda la raza hispana
Cuando los hombres pelean
No hacen falta las palabras.
Se destrozaron a golpes
Cual los gallos de pelea
Y cuando el gran Manuelito
Apeleó a su Sevillana
El Chato le contestó
Con otra que era su hermana.
Y salpicaba la sangre
Se insultaban las navajas
Y las mujeres lloraban.
Y los machos que allí estaban
Sabían que se peleaba
Por una mujer Boricua
Como se pelea en mi patria
A estilo de raza hispana.
Y cayeron descansados
Al filo de sus navajas
Llevando los dos tranquilos
El recuerdo de los besos
Que llevaban en sus almas.
Y los gallos se medían
Y los gallos se miraban
Y los gallos con gran furia
Sus pechos enfurecían.
Hasta que ambos destrozaban
La vida que les quedaba
Y cayeron en la valla
Al compás de sus espuelas
Con las cuales se cruzaban.
Y los gallos se mataron
Por una triste gallina
Y los machos se mataron
Por una mujer Boricua.