Beatitud
Hay algo en mí de clérigo frustrado;
que en el bullicio de mi vida inquieta,
más de una vez, romántico y poeta,
con la vida monástica he soñado.
Yo soy un noble abate fracasado,
que desdeñó la vocación de asceta,
la molicie claudstral, y la secreta
delicia de vivir sin más cuidado.
Que holgar con la rutina cotidiana,
sin temor al desastre de mañana;
el pan nuestro yantar de cada día,
y, siempre a hurto de la humana gresca,
gozar de una novela picaresca,
en la paz conventual de la abadía.