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El Proyecto de la literatura puertorriqueña El Proyecto de la literatura puertorriqueña

El maestro

Virgilio Dávila

1917

Mi mentor era un viejo de ojos claros y vivos

que al llegar los exámenes, a su terminación,

pronunciaba un discurso de muchos adjetivos,

y alcanzaba del pueblo una gran ovación.

 

Mientras cura y alcalde cobraban sin retrasos

y en duros relucientes la nómina mensual,

el maestro cambiaba sus haberse escasos

por viandas, en la tienda del cacique rural.

 

El sabía retórica, y sabía latines.

Si cualquiera moría por aquellos confines,

él era fatalmente el fúnebre orador.

 

A pesar de su celo y su labor constante,

por mambí lo tuvieron, y dejaron cesante

cuando vino Laureano Sanz de Gobernador.

Derechos: Dominio público

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