Uno aprende
Se aprende a caminar destartalado
a mirar aunque tengas dunas en los ojos
a sentir la piel que te han desollado
a caminar la cuerda floja sin piernas
a inventarse una vida cada doce meses
a estar mutilado
descicatrizado
abandonado
a que te beban la sangre a sorbitos
desangrado
a tener almohadas de corales
encaracolado
Uno aprende...
a ver horizontes de espaldas alineadas
a llorar pequeñas semillas de cardos
a estar en duermevela
a ser perpetuo rehén de reinos oníricos
a tener una alcoba en el purgatorio
y un estanque paralelo al Hades
a que las Moiras no te dejen dormir
a que te aplaste la Torá
o sea, desclemenciado
Claro que se aprende...
a confundir resignación con esperanza
o afecto por sexo
a que te rebasen los que van gateando
a que la mitad de tu cuerpo cercenado esté pegado a una cabra
a moverte lentamente al ras del suelo
y vender manzanas malditas
a llorar en tumbas ajenas
a ser vomitado
expulsado de un lecho que gravita el planeta
sí que he aprendido tanto
como a lucir esta estolita de angustia
o ponerme esta tiara de pena
a vivir entre huracanes
y exhalar vientos de galerna
a vivir con el Sahara en los pulmones
a vender mi piel en pedacitos
sin escamas
lo afirmo y lo confirmo
que aprendí a multiplicar peces y panes
a temblar cuando la tierra tiembla
a acuñar dracmas
a caminar sobre las aguas…
sí, en esta vida he aprendido tanta mierda
menos a conciliar el sueño si no estás a mi lado.
del Carril, Emilio. "Uno aprende". Proyecto de la literatura puertorriqueña/Puerto Rican Literature Project, 2024.
Derechos: Emilio del Carril