Décima puertorriqueña
¿Logró, por fin alcanzar
la tierra de promisión?
No pudo: aleve turbión
hizo al buque zozobrar..
Feliz, próspera y dichosa
mi Borínquen se encontraba:
de libertades gozaba
bajo una paz venturosa.
Su ilusión color de rosa
pudo, amante, realizar
cuando tras fiero luchar
en inovidable día
de España la Autonomía
logró, por fin, alcanzar.
Bajo el dominio de España
nunca el trabajo faltoacute;
y el riqueño ni aún soñó
abandonar su montaña.
Jamás a una tierra extraña
marchó en peregrinación, falto de alimentación,
sin hogar y sin bandera,
porque Puerto Rico era
la tierra de promisión.
No se vió la vergonzosa
lucha de hermano y hermano;
ni contempló el borincano
miseria tan espantosa.
No vió a sus hijos y esposa
desdeñados sin razón.
Tenía patria, religión,
pan del alma y la materia
y llevarle a la miseria
no pudo aleve turbión !
El coloso americano
olvidado de su ley,
de Borínquen se hizo rey
burlando el derecho humano.
El infeliz borincano,
como el náufrago en el mar,
se vé sin patria ni hogar
y ya perdida la fe,
la roca maldice que
hizo al buque zozobrar.
noviembre 21 de 1902.