Post umbra
Vendrá un día el Arcángel de la muerte
a dormirme en su brazo largo y frío;
pero tendré lo único que es mío:
mi lira de marfil cuando despierte.
Despertaré en la eternidad más fuerte,
cual una flor al beso del rocío;
en un estrella cruzaré el vacío
y miraré cómo el Señor convierte
los nobles ideales en fulgores…
Veré, cómo, fundiendo sus amores,
las bellas Islas triunfarán, hermanas…
Y, con la misma fe que ahora me inspira,
¡una vez más, resonará mi lira
cantando las grandezas antillanas!...
Derechos: Dominio público