Torbellino
El vals y mi emoción a un tiempo vibran:
luces y ritmos por el aire ondean,
colores y fragancias se confunden,
arpegios y fulgores se entremezclan.
Hay boda: del pincel y el pentágrama.
Hay besos: los del tinte y la cadencia.
Gentil, como tú sola,
como tú sola, bella,
al leve impulso que mi mano imprime
sobre tu esbelto talle de Minerva
giras por el amplísimo rectángulo,
y en pos de ti, la envidia que despiertas.
Yo, como el ave herida
en la natal floresta,
giro también:... en busca
de mi nido de sueños de poeta:
voltaica sacudida
precipita la sangre en mis arterias;
chocan en mi cerebro,
rotas en mil pedazos, las ideas;
Eros quiere encarnar en mi palabra
y, torpe, el labio a balbucir se niega;
rendido, hipnotizado
bajo la sugestión de tu presencia,
voy dando como autómata
la circular acompasada vuelta;
y, cuando la brillante catarata
de melodías cesa,
busco un sitial en que la calma logres;
quedas en él como en tu solio, ¡oh reina!
Y al fin, resucitando de aquel vértigo,
me acuerdo de que estoy sobre la tierra…