Irisdiscencia
Cuando me encontré tus ojos
me mojé con la marea
de ese mar negro que quema
alquimista de mis tierras.
Tu mirada me recorre
y me deja sin defensas.
Entre tu cueva y mi cueva
hacemos iridiscencia.
Luego en el aire se esparce y
llena de escarcha tu vientre,
luz arqueada se vierte en
tu caverna iridiscente.
Emprendo el vuelo hacia tu seno
mojando en color mi esencia
de tu esotérico cielo,
nacemos de iridiscencia.
Derechos: Amaya Enya Ortiz Rodríguez