Post mortem
En un día gris te fuiste, madre;
¡tal vez en busca de astro mejor!
yo al verte inmóvil, pálida y yerta
sentí romperse mi corazón.
Hoy rememoro tu despedida;
¡te fuiste quedo, sin un rumor!
sólo tus ojos fijos me hablaron
y me dijeron: “Por siempre adiós!”
Llegó la noche, tu crucifijo
siguió amparando la habitación;
los cirios fueron debilitándose,
en una copa murió una flor……
Miré tu lecho, sólo, vacío,
silencio, sombras en mi redor;
te fuiste madre sin un suspiro,
sin una queja, sin un adiós.
Derechos: Dominio público